24 de marzo de 2011

BAJAR LA EDAD NO ES BAJAR LA INSEGURIDAD

Reflexionando sobre el derecho
La iniciativa de Bajar la Edad de Imputabilidad no es una demanda  que emerge del conjunto de la sociedad, ni la problemática nos afecta a todos por igual, responde claramente a los intereses de una clase, o un sector social de poder los cuales históricamente han precisado de distintos mecanismos para proteger la acumulación de su capital o la propiedad  privada. “El derecho es una forma de proteger y consagrar las relaciones sociales de una determinada manera de producir”. Es por ello que consideramos de fundamental importancia comprender qué intereses están en disputa cuando defendemos este tipo de iniciativas.
 “Incluso las leyes dictadas en gobiernos democráticos han sabido persuadir a la sociedad de que éstas busquen el bien común, pero su sentido no es el mismo para los pobres que para los ricos. Quienes los aplican (y quienes las crean), funcionarios, magistrados, jueces, no han nacido de un repollo. Pertenecen a una cierta clase social con la que tienen solidaridades preestablecidas, cuyos prejuicios e intereses han incorporado hasta de manera inconciente”.
Pero a su vez, “El orden jurídico no es más que la resultante de un paralelogramo de fuerzas en un momento dado de la vida social. Cuando las fuerzas están abrumadoramente del lado de las clases dominantes, las normas son abiertamente opresivas y contrarias a los intereses de los sectores dominados[i]”. Si bien existen distintas argumentaciones en relación a la supuesta necesidad de institucionalizar a l@s pib@s, esta ley opera como una manera de asegurar el control social de los sectores sociales mas vulnerados.
“Hay que entender que nunca el derecho consagra de manera abierta las relaciones de dominación. Siempre lo hace bajo la apariencia de la justicia y el bien común. Necesita hacerlo así porque el poder en las sociedades modernas no reposa sólo sobre la fuerza sino también sobre la conformidad, sobre un cierto grado de consenso”. El mismo es manipulado por los medios de comunicación día tras día desde hace ya  muchos años.

L@s pib@s en riesgo, la realidad adversa de nuestro tiempo
En el conurbano bonaerense las escuelas públicas tanto de nivel primario como secundario, se encuentran en decadencia en cuanto a su función fundamental. Terminar los estudios secundarios no es condición suficiente para ningún pibe/a para  poder acceder a un empleo digno.
Quienes deciden pelearla no encuentran trabajo, y si consiguen están en su mayoría en negro. Si son inmigrantes incluso deben sufrir el sistema de camas calientes en talleres clandestinos.
Aquellos que sobreviven a todo esto les resta enfrentarse a las balas policiales, los muertos por gatillo fácil no cesan. (como en Baradero, Luciano Rotela) van  más de 3000 casos desde 1993 a la fecha.
La pobreza está criminalizada y los pibes en la más profunda marginación Si bien la consideramos como una conquista, la Asignación Universal por Hijo, no ha podido bajar los índices de mortalidad infantil. Siguen muriéndose en las barriadas populares cientos de nuestros pibes, a los que mata el hambre o el paco, que venden los punteros bancados en su mayoría por bandas narco-policiales.
De igual manera el reciente programa “Envión”, cuyo objetivo principal apunta a la reinserción al sistema educativo de los jóvenes  a través de talleres y oficios; es utilizado con fines políticos clientelares, no aportando en su funcionamiento a la transformación de la situación de vulnerabilidad de los pibes/as, sino como un programa de contención, a la conflictividad social que representan para muchos kichneristas con Scioli a la cabeza. Para finalizar los recursos que deberían proveerse desde los municipios para viandas, profesores, sueldos, etc no son asignados en muchos de éstos, mostrando la falta de compromiso con las realidades de los jóvenes de nuestros barrios.
º
Inseguridad y Derechos Humanos.
No ponemos en duda que el problema social de la “inseguridad” existe, pero si que es abordado y entendido de manera mediatizada, a través de los “anteojos” de los grandes medios de comunicación, que representan grandes grupos de poder económico, quienes pretenden hacernos creer que estamos en el FAR WEST, que los menores son los responsables de la situación de inseguridad que se vive. Estos mismos medios nos presentan una realidad sesgada, parcializada. Analizada o percibida desde una lectura simplista, reduccionista, intencionada, fatalista y oportunista, en  la cual la complejidad social se desvanece y predominan fundamentos de corte positivista (donde la realidad es lo que se ve. Lo que ellos nos muestran).
Actualmente se sostiene en la opinión pública y el sentido común, que hay que terminar con los reclamos “por el respeto a los Derechos Humanos”,  contraponiendo en su argumento a “los derechos de los delincuentes” con “los derechos de la gente decente”. Muchos pretenden dejar “manos libres” a la policía para hacer lo que quisiera. Este mismo pensamiento, encubiertamente implica una defensa del abuso policial, los tormentos, persecuciones y torturas por  el “gatillo fácil”.
El fenómeno de la delincuencia es mucho más complejo de lo que nos lo presentan, y el problema de la inseguridad no solo esta relacionado a la delincuencia, sino que la supera aun mas. Bajar la edad de imputabilidad no soluciona los problemas sociales (que son a su vez socioeconómicos y sociopolíticos), sólo asegura mayor libertad a quienes portando un arma, solo ven un criminal potencial cuando se encuentran a un pibe/a en una situación de marginación y vulneración de derechos.
El grado de violencia que experimenta la sociedad actual, responde  además a otras múltiples formas de violencia, (institucional, económica)  y a los restos de un modelo socio histórico que tienen que ver con el desguace del Estado, el desmantelamiento de las redes sociales, de las organizaciones sociales, la profundización de la exclusión social, el crecimiento del desempleo y del narcotráfico.
 Actualmente el control social sobre los pobres sigue siendo más y más indispensable para las autoridades.

El miedo es la condición fundamental para la mano dura.
¡No nos acostumbramos!, a la desigualdad, a las violencias que reproduce, a los dobles discursos y las hipocresías de los poderosos, a los medios de (in)comunicación, a los medios concentrados del poder, a los amos de la (des)información.

Es por todo esto que manifestamos explícitamente

¡Decimos NO a la Baja de Edad de Imputabilidad!

¡Decimos BASTA de persecución, y masacre de parte de la “maldita policía” a los pibes/as que día a día se enfrentan al gatillo fácil!

¡BASTA de criminalizar la pobreza! 



Mientras no haya organización, no habrá derechos!
SECRETARIA DE DERECHOS HUMANOS Y GÉNERO
      ESTUDIANTES CRITIC@S DE TRABAJO SOCIAL.




[i] Garin, Javier “Manual Popular de Derechos Humanos”

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